Preparar  el nacimiento de Cristo

El año litúrgico que comienza en el Adviento, vuelve a dar otra vuelta al Misterio de Cristo… como si fuera un crecimiento en espiral. Esto siempre me parece muy importante. Es nuestra vida la que cada año, en los nuevos aconteceres, mira de nuevo a Cristo. El relato de la Anunciación señala que es Dios quien envía a su ángel a Maria. Todo empieza con un designio de Dios. Un designio que no tiene fin.

En las calles todo se llena de luces, música, escaparates llamativos…Que la sociedad esté montada así también puede hacernos salir de lo ordinario. Claro que no es lo más importante,  incluso puede desfigurar lo esencial. La Navidad siempre es un Misterio de Pobreza. Lo bueno sería que este «exceso» nos encaminara a disfrutar juntos de la entrega que ha hecho Dios al mundo.

ADVIENTO