CATEQUESIS SOBRE EL CARTEL DE LA JORNADA DE LA SAGRADA FAMILIA
«Familia, portadora de la buena noticia» El icono del cartel de la Jornada de la Sagrada Familia que se celebra el 31 de diciembre de 2023 ha sido realizado por Francis Robles Montesinos, artista malagueña. Se ha buscado presentar una imagen artesana y digital a la vez, con trazas de icono tradicional e imagen más contemporánea; lo antiguo y lo nuevo. El mismo mensaje con un lenguaje más actualizado donde arte y tecnología se ayudan para mostrar el misterio eterno.
Esta imagen representa el pasaje del evangelio que se proclama en la fiesta de la Sagrada Familia de este año: la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
Un primer detalle de la pintura es que san José y la Virgen aparecen con la cabeza inclinada en señal de acogida de la voluntad del Padre celestial manifestada en «lo escrito en la ley del Señor» (Lc 2,23). Sus cabezas están rodeadas por esa aureola dorada, símbolo de la santidad. Sus aureolas están unidas en forma de corazón, pues la comunión es la clave en el camino de la santidad de los esposos; se santifican por el amor, un amor que se entrega y se recibe haciendo presente el matrimonio en cada acto de amor.
Contemplamos a san José con los pichones, que no entrega, puesto que Simeón toma directamente al Niño. Estas dos palomas son símbolo de las dos vidas que custodiar, la Madre y el Hijo, dos inocentes.
También vemos a la Madre que entrega el Hijo a Dios, ya que Simeón lo toma como cordero para el sacrificio. En la simbología occidental el Niño aparece recostado en el pesebre, que significa que Cristo es un rey humilde, en fidelidad al texto evangélico, y que es él el verdadero alimento. En Oriente es común ver al niño amortajado. En esta representación, en este icono que hemos preparado y ofrecemos como cartel de este año, se quiere dejar claro el sentido último de la encarnación del Verbo: la Pascua, la resurrección.
(Texto integro copiado de la Felicitación Navideña de la Conferencia Episcopal Española para la Navidad 2023)
Todo en María está señalando al Niño: su inclinación, la mano, los pliegues del manto. Estos pliegues son como caminos que nos conducen al Señor, a través del corazón de María. Sí, María es el camino que nos lleva a su Hijo.
En la iconografía oriental son muy importantes los colores. La Madre está vestida de rojo, que simboliza la sangre, la vida. En la mentalidad oriental, en la sangre se encontraba el alma, la vida. María es la que engendra la vida, la que ha dado a luz al Verbo, pero también la que nos da la nueva vida, que es la gracia divina. San José va vestido de verde, un color que nos habla de la creación. En el icono de la Trinidad, Rublev pone al Espíritu Santo también vestido de verde, pues nos está hablando de esa nueva creación que ha surgido a través de la Pascua de Cristo y que se nos da en Pentecostés. San José es anuncio de esa nueva creación que ha venido a traernos el Verbo.
Igualmente, las miradas son muy significativas, pues nos están hablado de la ofrenda del Niño. San José mira al Niño y la Virgen a las palomas para la ofrenda. Jesús es el sumo sacerdote que anticipa, en este momento en el templo, su ofrenda en la cruz. El Niño es el único que nos mira directamente, invitándonos a entrar en este misterio de amor y a unirnos a su ofrenda sacerdotal al Padre.
¡La Navidad, fiesta que se vive en familia y que toma a la santa familia de Nazaret como ejemplo, cobra su sentido a partir de la Pascua, y no a la inversa. El Niño Dios viene al mundo para ofrecer un sacrificio. Nace y muere para resucitar. Y resucita para salvarnos.
El lema de esta jornada es «Familia, portadora de la buena noticia» aparece totalmente expresado en estos padres que llevan al Salvador, que es la buena nueva, el Evangelio, para todos los hombres, y en el templo encontrarán a Simeón que proclama al ver al Niño: «mis ojos han visto a tu Salvador», enseñándonos cómo este santo anciano no ve un niño cualquiera sino al Cordero de Dios, el Salvador real del pueblo, lo cual constituye la buena noticia. El Mesías, siempre esperado, acaba de entrar en el templo.
La Sagrada Familia que representa este icono ofrece la belleza del proyecto de Dios. A través de la delicadeza del arte y los rasgos de José y María en esta obra nos llevan a ver la humildad, el recogimiento, el trabajo en común, la comprensión mutua, el amor y la confianza en nuestro Salvador, en su Hijo. En el Hijo que salvará al mundo.