La aventura de vivir con Él. Dia «Natalis de Santo Domingo»

¡Párate con asombro! Porque ahora tu alma entra en un lugar sagrado: “La Cueva de Sto. Domingo”. Segovia  llena de belleza custodia este espacio de intimidad con Dios. No te asustes,  pero un momento a solas con Dios puede cambiar tu historia.

La Navidad de 1218 sería fría y oscura para estar en una Cueva en las orillas del río Eresma.   Entra ,  porque aquí late su encuentro nocturno con Dios.  Y también está la  estrella  de Navidad: comprender el amor  que hizo abajarse al Hijo de Dios.  Ojalá  que nuestro Padre Domingo te ayude a descubrir que: por un solo hombre, por mi, Cristo hubiera venido, es más Cristo ha venido. ¡Dios me ama!. O como dice S. Agustín” “ El Hijo unigénito murió por nosotros para no ser el único hijo. No quiso ser único quien, único, murió por todos.”

Puente entre Dios y los hombres “anhelaba ardentísimamente la salvación de las almas “

“Con frecuencia pedía a Dios una cosa. Que le concediera una auténtica caridad, que le hiciera preocuparse de un modo efectivo en la salvación de los hombres, consciente de que la primera condición para ser verdaderamente miembro de Cristo era darse totalmente y con todas sus energías a ganar almas para Cristo, del mismo modo que el Señor  Jesús , salvador de todos, ofreció toda su persona por nuestra salvación.  Con este fin, instituyó la Orden de Predicadores, realizando así un proyecto sobre el que había reflexionado profundamente desde hacía ya tiempo”

 Así nos lo relatan los que le conocieron.  Su misión estaba viva: “la salvación de las almas”. Este era su “celo” hasta el punto de que su muerte parece que no tuvo otra causa que el agotamiento…

Es un lenguaje de otro tiempo, pero entiéndelo:  en esa confianza  en el amor incondicional de Dios , que no quiere el mal de nadie, que ama a toda persona y que rompe el pecado  devolviéndonos la dignidad del paraíso se  inicia un proceso de humanización, de renovación de toda la persona humana.  Se daba cuenta de que en el evangelio está la  mejor respuesta a todos nuestros anhelos y desesperanzas.

Aquí como tantas noches de oración en  Roma  vive como discípulo en comunión de amistad con Jesús.. y  acepta su misión: la de ser evangelizador hasta que otros sean también felices  discípulos de Jesús.  Sabe que el Espíritu se abre camino. Confía en las posibilidades que tenemos todos  de vida y salvación.  Se pone al servicio de la salvación que Dios nos ofrece, es decir de las nuevas posibilidades de vida que la gracia de Jesucristo nos abre.

Parece que en este lugar, en la Cueva, Sto. Domingo  vivió  la Pasión . La mística de la Pasión es  : obediencia, abandono, cargar sobre sí los defectos de los otros, capacidad de sacrificio, humillación…

Y es que la  Palabra de Dios se  asentaba en el centro de su  vida. Convencido de que Dios habla a mi corazón y a mi interior. Y que cuando acojo esa palabra, la salvación está llegando a mi vida. Nosotros, en cambio,  inundados de un montón de información a menudo perdemos  la noticia más importante: Que Dios existe y habla al hombre, y que cada ser humano es amado y está llamado a la felicidad y a la vida plena .  Pero no lo olvides, la palabra de la verdad es la que puede transformarnos y purificarnos y hacernos cada vez más como Dios desea que seamos… si se  arraiga  en el corazón.

Sí, a él le importaba “la salvación de las almas”  y yo  ¿ lo busco?   ¿o qué busco?¿ me importa esto como lo mejor que puede ocurrirme en la vida?. No , no salgas de la Cueva sin rezar…  entra en la de la interioridad  . Contemplar es mirar con ojos de fe  “lo contemplativo” tiene que ver mucho con lo gratuito. Amor y contemplación van unidos.  No quedarás defraudado.

Te copio esta referencia que hacían también sus contemporáneos:

“De su frente y de sus cejas salía cierto resplandor que seducía  a todos y los arrastraba a su amor y reverencia. Siempre estaba con semblante alborozado y risueño, a no ser cuando se encontraba afectado por la compasión de alguna pena del prójimo”  “todos cabían en la inmensa caridad de su corazón y amando a todos de todos era amado”.

¿no te parece que la suya era una “contemplación” fecunda?. Por sus frutos los conoceréis dice el evangelio.  Anímate: Contemplar  es mirar. Una lectura de la vida con fe. La fe es fuente de sentido. Ejercítate en el silencio interior y exterior, en la soledad habitada, en el cara a cara con Dios. La Palabra debe salir de dentro. Lo que sale de dentro impacta, fecunda.

La oración, misión principal de la vida contemplativa, pero labor de todos, nos eleva hacia lo Absoluto, hacia lo Inmenso e Infinito y hacia la Felicidad plena  que el  ser humano por su naturaleza busca, nos lleva al  Amor Eterno, a Dios.

A nosotras, las monjas,  nos ha descubierto qué es  el amor y la oración lo que sana a los demás y nos ha enseñado a valorar a cada persona infinitamente porque Él mismo la trabaja y es como un tesoro que le esconde.

La aventura de vivir con él