Vocación divina

Hace pocos días recibimos la visita del Maestro de nuestra Orden, esto nos da pie para comentar sobre la vocación ; el Maestro nos dijo que estábamos unidos en ese hablar con Dios ( Oración) y en ese hablar de Dios ( Predicación).

La llamada del Señor  nos hizo  reconocer personalmente nuestra   pobreza e insuficiencia,  limitaciones y  pecado.  Pero  la vocación divina lleva la sorprendente acción de Dios, no se  concentra en  las  propias limitaciones,  se abre a la acción de su gracia.  Si al comienzo de la vida religiosa pedimos la misericordia de Dios es porque esa   misericordia  es capaz de  convertir el corazón y dispone  al seguimiento   “ dejándolo todo” , también  los miedos y dudas,  y a responderle con alegría.  Nadie es autor de su propia vocación. Hemos visto algo grande que da sentido a la vida… La vocación nos abre el camino que nos hace felices cumpliendo su voluntad y la debilidad humana no debe causar miedo si Dios llama. Es necesario tener confianza en su fuerza que actúa precisamente en nuestra pobreza.

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