Miércoles de ceniza

Este miércoles, como ya es costumbre todos los 22 de febrero, los «Amigos de don Antonio Palenzuela» han rendido homenaje al que fue obispo de Segovia entre 1970 y 1995 en el exterior de las Hermanitas de los Pobres.

En esta ocasión, han sido las Madres Dominicas las que han redactado un sencillo panegírico recordando a don Antonio como hombre de Dios, abierto a la escucha, humilde y cercano.
Un recuerdo agradecido que ha terminado con la lectura de un texto del homenajeado animándonos a dejarnos amar por Dios para, de la mano de Jesucristo, alcanzar la plenitud de la vida:

CUARESMA 1993

En Cuaresma nada más oportuno que recordar el resumen de la fe cristiana: ¡Dios te ama. Jesucristo murió por ti!, a quien quiera que le llegue este mensaje le ruego que se detenga, lo piense, lo deje resonar en su corazón, al menos como una tremenda sospecha. Aunque hayas oído muchas cosas de religión y participado en algunos ritos y ceremonias y tengas en tu mente amontonadas y dispersas ideas sueltas sobre creencias y mandamientos cristianos, en este mensaje se concentra todo y cobra sentido y fuerza. Es un mensaje que se dirige a ti, precisamente pidiéndote una respuesta libre. En él te habla y te quiere Dios mismo. Nada ni nadie es tan grande ni tan fuerte como Dios nada ni nadie es tan extraño como Él y, sin embargo, está cerca de ti y te muestra su amor. Todo el cristianismo está concentrado en esto. Si no te dejas encontrar real y efectivamente por Dios y por su amor, apenas has entendido nada de la Fe cristiana. Ésta consiste en creer en el amor de Dios; o, mejor dicho, aceptar a Dios mismo en su amor, dejarse amar por Él. Hay que reconocer que son muchos a quienes aún no ha llegado el Evangelio de Jesucristo.

Pero te preguntarás sin duda dónde te llega y aparece apremiante este amor de Dios por ti. En la última parte del mensaje cristiano se oye lo que ningún hombre cabría sospechar. Nos hemos acostumbrado a oír estas palabras. Pero yo te ruego que las escuches por primera vez con toda su extrañeza. San Pablo, en la Sagrada Escritura, nos dice que los judíos – y él era judío-, que creían conocer a Dios, consideraban este mensaje una locura. En Jesucristo, a quien Dios, el Padre entregó a la muerte precisamente por ti, sale a tu encuentro su amor, su voluntad de llevarte a la plenitud de la vida. Ahí quiere encontrarte.